Residentes de los Lados Oeste y Sur Cuestionan el Plan Más Reciente de la Cuidad en Contra de Las Altas Temperaturas
El nuevo Indice de Vulnerabilidad al Calor de Chicago busca señalar los vecindarios más vulnerables al calor, pero los residentes en áreas historicamente desinvertidas cuestionan si los datos traerán ayuda significativa.
Residentes de los lados Oeste y Sur fueron al Refectorio en el Parque Columbus el 15 de Julio, esperando a ver planes de la cuidad que talvez al fin los iba a proteger del calor extremo. Luego de la apertura del Alcalde Brandon Johnson y la Jefa de Sustentabilidad Angela Tovar, vieron escenas de “Cocidos: Supervivencia para cada Código Postal” – un sombrío recordatorio sobre más de 739 vecindarios que perdieron la vida durante la ola de calor en Chicago en 1995. Lo que siguió fue una ojeada al Indice de Vulnerabilidad al Calor de Chicago, con contexto de parte de el Consejo de Planeación Metropolitana, y datos de la Doctora Jennifer Chan de la Universidad Northwestern, antes de un panel de discusión sobre la crisis de salud pública en Chicago.


Izquierda: Alcalde Brandon Johnson llega al Refectorio en el Parque Columbus. Derecha: Angela Tovar, Commisionara y Jefa de Sustentabilidad del Departamento del Medio Ambiente de Chicago dándole la bienvenida a Brandon Johnson. | NaBeela Washington/15 West
Mientras la cuidad desvelaba su nuevo Indice de Vulnerabilidad al Calor (IVC) – una herramienta basada en datos desarrollada por el Instituto Buffett de Northwestern y socios variando desde departamentos de salud de la cuidad hasta organizaciones como Personas por la Recuperación Comunal (People for Community Recovery) y Elevar (Elevate) – activistas ambientales de la comunidad y residentes cuestionaron la habilidad de la cuidad para apoyar a los más vulnerables de los efectos del calor. Sus preocupaciones reflejaron sentimientos del documental: “Todos sabemos como se ve un vecindario saludable,” dijo Linda Rae Murray, M.D. MPH, jubilada Jefa Funcionaria de Medicina del Departamento de Salud Publica del condado Cook. “No se trata de mansiones. Es sobre acceso a tiendas de alimentos, cafés, centros para refrescarse, y un gobierno que escucha cuando le decimos que estamos sufriendo.”
Se dice que el nuevo Indice de Vulnerabilidad al Calor es el primero en Chicago de su clase en integrar datos de la comunidad informada con indicadores de salud publica y sobre el medio ambiente. La herramienta, desarrollada por investigadores de Northwestern en colaboración con la Cuidad de Chicago y socios locales, identifica cuales vecindarios enfrentan más riesgos durante eventos de calor extremo. Usando 46 variables, estatus socioeconómico, exposición al medio ambiente, falta de infraestructuras, y datos medicos incluidos, el IVC muestra las vulnerabilidades en los vecindarios para hacer las intervenciones más focalizadas,
La Doctora Jennifer Chan de Northwestern presenta los datos del próximo Indice de Vulnerabilidad al Calor (IVC), resaltando las comunidades con riesgos elevados de tener fallecidos relacionados al calor. Los datos muestran las áreas más vulnerables a tener días calurosos y húmedos - particularmente durante olas de calor – están concentradas en los lados sur y oeste de Chicago. | NaBeela Washington/15 West
“Talvez Austin y Edgewater tengan el mismo puntaje de vulnerabilidad, pero cuando lo examinas ves que el puntaje de vulnerabilidad de Austin es determinado por su falta de árboles, y el puntaje de vulnerabilidad de Edgewater se debe a un gran porcentaje de gente de tercera edad que vive sola,” explicó Ben Barrett, un estudiante investigador de Northwestern, dando un ejemplo hipotético. Este tipo de detalles, señala Barrett, permite soluciones adaptadas y localizadas, desde plantar árboles hasta mejorar la difusión en la comunidad o los servicios de emergencia.
Durante la sesión Q&A del evento, un participante planteó un punto crítico sobre la metodología del Indice de Vulnerabilidad al Calor, cuestionando si es que el planteamiento del mapeo captura adecuadamente las variaciones en cada vecindario. La crítica sugirió que mientras algunas áreas parezcan uniformes en una escala general, el analizar calle por calle podría revelar desigualdades significantes en factores como la cubierta arbórea.
Para algunas personas presentes, especialmente gente de Austin, North Lawndale, y Pullman, la nueva herramienta trae escepticismo. Estos vecindarios, moldeados por mentiras y desinversiones por mucho tiempo, han aprendido a cuestionar las promesas de la cuidad.

“¿Tu realmente crees que la gente se quiere sentar por ahi cuando ya entienden a la policia y sus polizas fuera de control y piensan ‘Si, ese es un lugar seguro para mi’? Ni siquiera es un lugar seguro para cuando te estan persiguiendo – ¿crees que te vas a poder refrescar ahi?” dijo Rachel Williams, miembro del Colectivo de Doulas en Chicago que vive en el área Roseland/Pullman. “Tenemos uno de los hospitales más sucios, pero la gente entiende que si also sale mal, tienen que ir ahi para refrescarse. Tenemos que ser intencionales al construir instituciones...La mayoría de vecindarios negros y de color tienen una plétora de iglesias. ¿Acaso todas estan funcionando? ¿Estan seguros de tener ventilación? Me acuerdo que cuando tenia cuatro años en el ‘95 yo iba a las iglesias para refrescarme. Eso significa investir en espacios que parezcan improbables – no solo para el servicio de los Domingos, pero para cuando la gente lo necesite.” Williams fue una de las cuatro mujeres hablando en el panel aquella tarde.
Un residente de Chatham de hace mucho tiempo, el Reverendo Booker Vance habló con nosotros sobre su experiencia durante la ola de calor en 1995. “Luego de esa crisis de calor...empezamos a ver a la cuidad y otras entidades tratando de armar cosas preventivas con comunidades educativas,” mencionó. “Pero...el calor solo estaba tapando otros retos ambientales y sociales que ya estaban impactando algunos de nuestros vecindarios y algunas comunidades, y necesitabamos ver otras cosas que se tenian que resolver.”

Vance tenia un poco de fe en que la administración de Johnson iba a priorizar arreglar los problemas ambientales que iban en aumento y agobiaban comunidades mal atentidas. “..20 años más tarde y se han hecho algunas mejoras. El Alcalde Johnson esta intentando hacer cosas. Pero como ya oiste...el problema no solo tiene una dimensión, es multidimencional. Aparte de trabajos, vivienda, agua y distribución de agua, y el impacto que el calor tiene en las comunidades, tenemos que creater un plan de batalla que sea multifacético para lidiar con esto.”
Mientras la administración de Johnson ha mencionado que apoya iniciativas ambientales, como la Ordenanza de Justicia Hazel Johnson y un renovado Plan de Acción Ambiental, varios residentes estan preguntando que sigue. Algunos estan preocupados y dicen que, a pesar de las promesas, la verdadera implementación suele atrasarse cuando los recursos de la cuidad estan en su límite. Ya que Chicago tiene déficit de $982.4 millones en su presupuesto y no tiene fuentes de financiamiento claramente identificadas para combatir el calor, aparte de los $152.1 millones asignados a regular departamentos como el Departamento de Medio Ambiente, varias preguntas quedan sobre que tan realista es esperar a que de verdad cumplan sus promesas.
Se pregunta: ¿Cuanto daño ya esta afectando este vecindario? En lugar de solo ver un problema, este mira el efecto cumulativo – los efectos combinados de la contaminación, estrés, vivienda precaria, y otras dificultades que se acumulan con el tiempo y dañan la salud de las personas.
Esta ordenanza ayuda a proteger comunidades que ha sido afectadas por daños ambientales por generaciones.
El IVC aún no es público, y la cuidad no ha especificado cuando será accesible. Northwestern y el Departamento de Salud Publica de Chicago estan trabajando para ponerlo en una plataforma de la cuidad. Los defensores esperan que la transparencia y la inversión focalizada convierta los datos en acción para asegurarse que la historia no se repita de nuevo.